![]() |
Plantas medicinales En el país, estudios
indican que existen más de 400 especies de plantas medicinales autóctonas
o asilvestradas, con una amplia variedad de especies comercializadas en
mercados internacionales e informales. A nivel internacional,
Boldo y Rosa Mosqueta son las especie de mayor interés comercial. También
Pichi, Matico, Zarzaparrilla, Limpiapata, Quinchamalí y Bailahuén,
figuran entre las más demandadas, incluso a escala industrial. Entre los árboles con
potencial de desarrollo de productos medicinales, además del ya mencionado
Boldo, se encuentra Arrayán, Canelo, Maitén, Maqui, Peumo, Quillay, Ciprés
de las Guaitecas y Radal (Fia, 2001a). La llamada hierba de San Juan (Hypericum
perforatum) generó un importante movimiento entre la VI y IX regiones. La comercialización de las especies se compone
de dos grandes mercados objetivos: nacional y externo. En el mercado
externo, China es el principal exportador y productor de plantas
medicinales a nivel mundial. Los principales mercados son Japón, Estados
Unidos, Alemania, Francia, Italia, Malasia, España y el Reino Unido (Fia,
2001a). El mercado interno presenta tres vías de inserción. La principal corresponde al mercado informal de
hierbas en kioscos, mercados, puestos callejeros, yerberías, etc. En
segundo lugar se encuentra el mercado formal donde cadenas de supermercados
y centros naturistas actúan como poderes compradores. Finalmente existe el
incipiente mercado de farmacias y laboratorios que demandan especies de
mayor calidad (Tapia, 1995). Materia prima. La descripción detallada de rosa mosqueta, boldo y quillay se presenta en el capítulo II de este documento referido a aceites esenciales y extractos. En cuanto a las fuentes de materia prima existen dos vertientes principales de abastecimiento (Tapia, 1995) : a. Recolección. Es la forma principal de generar la materia en la
actualidad. Se estima que todos los productos clasificados como plantas
medicinales que se exportan son de recolección, lo que en gran parte
determina incertidumbre para cuantificar la oferta, las dificultades para
establecer compromisos con los importadores y las fluctuaciones de precio
(Torres, 2000). En la recolección se identifican dos formas
influenciadas por el grado de articulación de las especies al mercado
externo, interno, formal e informal (Tapia, 1995). La primera forma de recolección es informal e
incluye principalmente las “hierbas de cerro”. En este tipo existe un
nivel mínimo de procesamiento consistente en el secado, picado de las
hierbas en el molino y una limpieza o separación de impurezas. La segunda forma está articulada alrededor de
centros de acopio establecidos por compañías consolidadas y exportadoras,
ejemplos típicos son el boldo y la rosa mosqueta. Es importante tener en cuenta varios detalles
para hacer una colección apropiada de las plantas medicinales. El objetivo
es obtener una planta en el mejor momento de sus propiedades curativas. Se
recomienda recolectar en un día claro y soleado, a media mañana o media
tarde, no recoger plantas secas o muy húmedas de lluvia o rocío. Escoger
plantas sanas y quitar las impurezas sacudiéndolas. Usualmente las raíces
están en su mejor momento a fines de otoño y durante el invierno; las
hojas y tallos concentran más sustancias en verano y principios de otoño.
b. Agricultura a contrata
(cultivo comercial). El establecimiento de contratos individuales
entre el pequeño campesino y comercializadoras de hierbas medicinales o
empresas agroindustriales grandes se presenta en la actualidad como la
tendencia para el cultivo comercial de hierbas medicinales. Esta tendencia
es promovida por INDAP como una estrategia de inserción o articulación de
la agricultura campesina a las empresas agroindustriales para asegurar un
espacio en la economía agroexportadora. El sistema de contratos
individuales limita la capacidad negociadora del pequeño campesino en la
determinación de condiciones y establecimiento de precios (Indap, 1994
citado en Torres, 2000). El hipérico es considerada una especie valiosa,
estableciéndose en algunos casos como cultivo. Tiene una alta demanda en
los mercados internacionales, principalmente en Europa y E.E.U.U., por su
contenido de hipericina, un compuesto con características medicinales,
apto para tratar la depresión. En 1998 alcanzaba un precio de US$/kg 6
(Torres, 2000). Al año 1999 se estimaba que la superficie cultivada con
hipérico en Chile alcanzaba un total de 600 hectáreas, concentradas entre
la VI y IX Regiones. Sin embargo las primeras exportaciones chilenas de la
hierba de San Juan, consideraron material silvestre, cuya recolección era
realizada por campesinos de la regiones VIII y IX (Agroeconómico, 1999).
En algunos casos se han reportado problemas con el material exportado desde
Chile debido a la falta de control de calidad. También la producción
artificial del compuesto medicinal extraído de la hierba, ha mermado en
algo su demanda internacional. A futuro se estima que para desarrollar la
actividad de la exportación de plantas medicinales esta tendrá que
basarse en el cultivo de las especies, esto permitirá delimitar la oferta
y regular y garantizar la calidad de lo que se exporta. Por otra parte el
incremento en la demanda ha derivado un gran interés por la domesticación
de las especies silvestres y el desarrollo de cultivos comerciales. En la
actualidad, si bien en muchas partes del mundo se hacen esfuerzos en este
sentido, en el medio nacional hay una escasez de especialistas y organismos
que dispongan de una línea fuerte de trabajo e investigación en el rubro.
Sin embargo existen instituciones y universidades que desarrollan proyectos
relacionados con el cultivo de las plantas medicinales, esto aún permanece
a nivel de estudios (Torres, 2000). 1.2- Procesamiento. En el caso de las hierbas medicinales a nivel
nacional prácticamente no existe un desarrollo agroindustrial del sector.
Solamente se puede hablar de un nivel mínimo de transformación que
incluye secado, limpieza y envase en bolsitas para la comercialización en
el mercado. Formalmente se puede generalizar tres diferentes tipos de
procesamiento de plantas medicinales en función de su articulación con el
mercado y la capacidad tecnológica: a. La primera está ligada a la práctica de recolección
informal y tiene que ver con el secado, molido, y separación de impurezas
de las “hierbas de cerro”. El secado de las plantas medicinales es
fundamental para generar un producto de calidad competitiva por la
conservación de los principios activos y aceites esenciales de las
plantas. b. La segunda, también tiene que ver con la recolección
e incluye el secado, limpieza, ensacado y almacenado pero de productos
manejados prácticamente en términos de explotación industrializada a
través de la apertura de poderes compradores como son la rosa mosqueta hipérico
y boldo. c. El tercer tipo de procesamiento de plantas
medicinales, implica un nivel tecnológico más complejo incluyendo
laboratorios, ingenieros químicos y estrictos controles de calidad de la
materia prima para la extracción de los principios activos de las plantas
u otros compuestos y formas útiles a la industria farmacéutica, cosmetológica
y homeopática. El desarrollo e infraestructura de este nivel en Chile es
bajo (ver capítulo II - aceites esenciales y extractos). En los niveles a y b, el procesamiento de plantas
medicinales se puede describir como sigue: - Secado o deshidratado. Las plantas recién recolectadas contienen una
cantidad de agua importante, variable en los distintos órganos. La planta
cortada se marchita más o menos rápidamente, según la textura del órgano,
la temperatura, la humedad del aire y la luz. Esto desencadena en los
componentes del vegetal hidrólisis u oxidaciones, frecuentemente
perjudiciales para la actividad terapéutica de las plantas. Estos fenómenos
enzimáticos necesitan la presencia del agua, admitiéndose que cesan prácticamente
para un contenido de aquella inferior al 10%. Incluso si el contenido de
agua es importante, pueden proliferar bacterias y hongos. Por ello es
fundamental eliminar, lo más rápido posible, la mayor parte del agua de
los vegetales colectados; no se deben en ningún caso comprimir o meter en
sacos, y menos de plástico, en estado fresco. Con la deshidratación disminuye en forma
significativa el volumen y el peso del producto, lo que produce una mayor
eficiencia en el transporte, embalaje y almacenaje del material vegetal,
con una consecuente reducción del costo de los mismos (Vogel y Berti,
2003). Entre los principales métodos de desecación o
deshidratado se cuentan (López, 1988) : Secado al aire libre y al sol. Es un método muy económico en los climas cálidos
y secos; se extienden sobre lienzos o bandejas las hojas, cortezas y raíces,
que soportan bien los rayos solares. Este procedimiento está
contraindicado para las plantas con aceites esenciales, que perderían una
parte de sus componentes volátiles. Por la noche es preciso cubrir las
plantas para protegerlas contra el rocío de la mañana. Sin embargo, no se puede depositar el material directamente sobre el suelo, ni dejarlo al sol y moverlo de vez en cuando, pues en esas condiciones se obtendrá un producto de mala calidad, humedad heterogénea, contaminado y de bajo valor comercial. Secado a la sombra o bajo abrigo. Se hace a temperatura ambiente, en cobertizos,
graneros, etc. Es el procedimiento más simple y más empleado a escala
artesanal. Se extienden las plantas sobre papeles, lonas o mejor sobre
mallas metálicas que permiten una mayor aireación. Es necesario que la
ventilación sea muy buena y esta se puede acelerar por un sistema de
corrientes de aire natural o forzado, mediante ventiladores. Se debe evitar
por medio de contraventanas o cortinas, la acción directa del sol, que
decolora las plantas. Además es preciso vigilar constantemente el secado,
remover las plantas y botar las que presenten un comienzo de
enmohecimiento. Este método es excelente para pequeñas cantidades de
plantas y climas con humedad relativa del aire baja, no es viable en climas
húmedos ya que el secado sería muy lento. Sus desventajas son el tiempo
prolongado de proceso y el hecho que a menudo no se logra bajar
suficientemente la actividad del agua, debiéndose recurrir a un secado
artificial posterior. Secado al aire caliente. Este método es más utilizado en clima templado
húmedo y para grandes volúmenes. La duración del secado, de 10 a 20 días
a la temperatura ambiente queda reducida solo a algunas horas. Se estima
que para 100kg de plantas frescas se debe evacuar de 60 a 80 kg de agua
contenida en los tejidos del vegetal. El secado artificial involucra
mayores gastos, pero tiene la ventaja que es independiente de las
condiciones climáticas, permite controlar las variables importantes para
el proceso y en pocas horas se obtiene un producto homogéneo de buena
calidad. Se emplean diversos tipos de secaderos. a. Secadero de dos plantas. En los más simples, la fuente de calor está en la parte inferior de una construcción de ladrillo. En la parte superior de la misma se encuentran uno o varios emparrillados (bandejas) que soportan las plantas. El aire húmedo se elimina por una chimenea situada en el techo del piso superior. Para que la desecación sea uniforme es preciso voltear el producto regularmente. Los defectos del método son los largos tiempos de secado y la falta de control de las condiciones de desecación. La duración oscila entre 24 a 36 horas. Secadero de compartimientos. Esencialmente consisten en una cabina aislada
provista interiormente de un ventilador para circular aire a través de un
calentador; el aire caliente sale por una rejilla de láminas ajustables y
es dirigido, bien, horizontalmente entre bandejas cargadas de hierba, o
bien, verticalmente a través de las bandejas perforadas y el producto.
Estos secadores pueden disponer de reguladores para controlar la velocidad
de aire nuevo y la cantidad de aire de recirculación. Los calentadores del
aire pueden ser quemadores directos de gas, serpentines calentados por
vapor o, en los modelos más pequeños, calentadores de resistencia eléctrica.
Los secaderos de cabina resultan relativamente baratos de construcción y
de mantenimiento y son muy flexibles. Secadero de compartimientos
(fuente: herbotecnia.com.ar)
Secadero de compartimientos Secadero de túnel. Se emplean mucho los secadores de túneles, donde
el producto a secar se extiende en capas uniformes sobre bandejas de malla
metálica, listones de madera, etc. Las bandejas se apilan sobre carros o
vagonetas dejando espacios entre las bandejas para que pase el aire de
desecación. En una extremidad del túnel se encuentra la fuente de calor:
fuego de madera, carbón, fuel, calefacción a vapor o eléctrica; en la
otra extremidad un ventilador aspirador. Las vagonetas se introducen por la
parte opuesta a la fuente de calor (extremo húmedo); cuando llegan cerca
de ella (extremo seco), unas 2 horas, la desecación de las plantas está
terminada y la carretilla con el producto seco es retirada. El aire movido
por los ventiladores fluye horizontalmente entre las bandejas, aunque también
se produce cierto flujo a través de las mismas. Con este tipo de secadores
es posible procesar una gran cantidad de material vegetal al día, aunque
el monto de la inversión necesaria es mayor. Los túneles de desecación suelen clasificarse
basándose en la dirección relativa del movimiento del producto y del aire
(desde la fuente de calor): Secadero de túnel concurrente: las direcciones
de la corriente del aire y del producto en desecación son las mismas. A
medida que el producto avanza a lo largo del túnel se va poniendo en
contacto con aire cada vez más frío, por lo cual se evita que el calor dañe
el producto. Secadero de túnel contracorriente: las
direcciones del aire y del producto en desecación son contrarias. Las
condiciones en el final del túnel - aire seco y caliente - permiten
conseguir contenidos de humedad bajos, pero existe riesgo de sobre
calentamiento del material vegetal. Secadero de flujo transversal: la corriente
de aire caliente fluye desde los costados del túnel. Los hay que proveen
calor desde un solo lateral, no son los más convenientes, y los que
suministran calor desde ambos lados del túnel y a lo largo del recorrido.
Como consecuencia de la frecuencia con que cambia la dirección del aire se
obtiene un producto de humedad uniforme. Su funcionamiento y mantenimiento
son más complejos y el costo es mayor. Secadero a cinta transportadora: Es
también un túnel de desecación pero el producto húmedo es conducido a
través del sistema sobre una cinta transportadora que sustituye a las
vagonetas. Estos túneles pueden utilizar cualquiera de los sistemas antes
mencionados, si bien el método más corriente en la práctica es el flujo
a través o vertical en cual el aire atraviesa la cinta transportadora y la
capa de producto. Secadero de túnel contracorriente (fuente: herbotecnia.com.ar) El contenido de humedad del material desecado
muestra, tres fases. En la primera fase (de muy corta duración) las
condiciones de humedad de la superficie del material se equilibran con las
del aire de secado. Luego en la segunda fase la superficie del material se
mantiene saturada de agua líquida debido al movimiento de esta desde el
interior del sólido. En la última fase la superficie del material
comienza a desecarse, ya que el agua contenida en su interior encuentra
dificultad para salir. La temperatura del material comienza a elevarse
hasta aproximarse a la temperatura del aire secado cuando el producto se ha
desecado totalmente. Esto determina que la temperatura del aire deba
moderarse para evitar que la temperatura de las hierbas supere la
temperatura crítica (entre 35 y 45° C) y así conservar los principios
activos del material. Cuando
salen del secadero las plantas están demasiado quebradizas para envasarlas
inmediatamente; se recomienda dejarlas unas horas al aire, para que fijen
que un poco de vapor de agua, se vuelvan más flexibles y se puedan meter
en sacos o cajas. De 1 kg de
cortezas frescas, se obtienen, en general, de 300 a 400 g de producto seco,
y para 1 kg de hojas frescas se obtienen, en general, de 150 a 250 g de
producto seco (López, 1988). Actualmente en Chile, gran parte del secado de
hierbas se realiza directamente bajo el sol y otra parte en túneles de
secado convencionales. En el secado bajo el sol la calidad del producto
final es afectada por la contaminación de polvo e insectos, o se arruina
debido a la lluvia o exceso de humedad durante el período de secado. Para
evitar estos problemas se pueden usar procedimientos de secado
alternativos, que permitan mejorar la calidad del producto y al mismo
tiempo no demanden altas cantidades de energía. Una alternativa al
tradicional secado directo al sol puede ser el uso de secadores que
aprovechen la radiación solar como fuente de calefacción (Pichard, 1999).
En Chile una empresa ubicada en la localidad de
Villarrica en Chile ha implementado con mucho éxito un sistema de secador
solar desarrollado en la Universidad de Hohenheim de Alemania, conocido
como “Secador solar tipo invernadero”. Este tipo de secadores consisten
en estructuras de metal o madera, cubiertas de un film de plástico
transparente y con un doble techo de un material absorbente. El aire es
impulsado por ventiladores y al pasar por entre las dos capas del techo,
este se calienta para luego ingresar por debajo del producto y
posteriormente atravesar el lecho. Parte del aire puede recircularse
ajustando las entradas y salidas de aire. Secador solar tipo invernadero
Secador solar tipo invernadero
(utilizado como invernadero) Techo secador solar tipo
invernadero (vista ventilador)
El equipo se usa para secar alrededor de 40 plantas
distintas y este se acomoda perfectamente para todas ellas. El equipo tiene
una capacidad de secado de 60.000 kilos de material fresco y requiere
aproximadamente 2 días para secarla. La inversión necesaria para
implementar este sistema es de US$60.000 aproximadamente. Hay que destacar
que Villarrica es un lugar frío fuera de los meses de verano y aún así
el equipo es utilizado durante la mitad del año. Un prototipo de secador solar construido en Chile
en base al sistema alemán (Pichard, 1999) puede deshidratar 40 kilos de
hierba fresca en un período de 48 hrs. Comienza con 80% de humedad y se
termina con 10%, es decir, en dos días 8,8 kilos de hierba seca. El
secador tuvo un costo de $150.000. Según el estudio se requieren $18.000
anuales para la mantención del equipo, consistente en la renovación del
plástico. El secador puede ser usado en forma eficiente
durante un máximo de tres a cuatro meses por año. Una de las conclusiones
del estudio es que la alta variabilidad en las condiciones climáticas,
hacen de esta técnica de deshidratación un método con un grado de
incertidumbre medio, razón por la cual se hace difícil estimar cual es la
capacidad real de secado de este aparato, sin embargo es cualitativamente
mucho mejor que el secado tradicional a la intemperie, por cuanto el
producto se mantiene limpio y alejado de posibles infecciones. A su vez,
las plantas mantienen sus propiedades tales como el color y aroma. - Eliminación de desechos. Debe hacerse una limpieza cuidadosa que elimine las
materias extrañas, los órganos dañados (hojas quemadas) y clasificar el
producto por tamaño y calidad. Para la separación de algunas materias
extrañas y la selección de distintos tamaños se pueden utilizar
distintos tipos de tamices. - Control de calidad. Para hacer frente a exigencias mínimas y lograr
una seguridad de buena calidad del producto se pueden implementar controles
de calidad que consideren el envío de muestras a laboratorios para análisis
microbiológico. Con estos análisis se puede verificar el contenido de
humedad, presencia de microorganismos patógenos, hongos y gérmenes,
pesticidas organofosforados y organoclorados. En Chile no existen normas de
control de calidad para plantas medicinales, es por ello que se utilizan
las normas correspondientes a las hojas de té (Sanhueza, 1995). - Troceado. La herboristería demanda actualmente muchos
vegetales troceados en fragmentos de 0,6 a 1,5 cm. Las bolsitas o sobres de
infusión contienen fragmentos de 1 a 3 mm de longitud. Este corte se efectúa
con máquinas especiales que llevan cuchillas de corte de gran dureza.
- Molienda. Varias propiedades diferencian a unas plantas de
otras: la dureza, la firmeza al corte, la tenacidad, etc. La consecución
de un rendimiento óptimo en molienda, para lograr un determinado tamaño
de grano, sólo puede establecerse a través de pruebas preliminares. Una
herramienta utilizada en la molienda es el molino de martillo, que consta
de un eje rotatorio que gira a alta velocidad y que lleva un collar de
martillos en su periferia. Los martillos giran dentro de una armadura en
cuya base hay un tamiz por el que escapa el material ya triturado. Con
frecuencia se sustituyen los martillos por cortadoras o por barras. Existe
otro tipo de molino que actúa por frotamiento o cizalla, para la molienda
fina. - Esterilización. A escala industrial se utilizan gases
insecticidas para esterilizar especies. Destacan entre tales gases los óxidos
de etileno y de propileno, diez veces menos tóxicos para el hombre que el
ácido cianhídrico, si bien muy activos frente a las esporas bacterianas. - Envasado. En el embalaje se buscará la máxima protección y el mínimo volumen. Las bolsas de papel se emplean para la conservación a corto plazo. Para un tiempo más prolongado se prefieren los envases de plástico, de aluminio, de hojalata, o de vidrio. En general todo material para envase debe cumplir los siguientes requisitos: máxima impermeabilidad posible a gases, luz y vapor de agua ; ser resistente frente a las posibles acciones de las especies molidas, que podrían poner en libertad algún componente del material de envase ; no formar combinación con ningún componente del producto. - Almacenamiento. El almacenamiento debe hacerse en lugares limpios,
frescos y sombreados y bien ventilados, por aire seco, con una humedad
relativa del 45% y una temperatura de 22°C, preservándolas de la luz
solar y del polvo. - Conservación. Las plantas se conservan tanto mejor, cuanto más baja
es la temperatura durante su almacenamiento. Los productos almacenados en
locales con alta humedad relativa pierden calidad, debido a que se favorece
la multiplicación de gérmenes. A modo de ejemplo, el ciclo total
de explotación del boldo desde su recolección y nivel mínimo de
procesamiento es bastante simple e implica los siguientes pasos (Torres,
2000):
Máquinas para troceado y molienda:
Máquina para troceado (fuente:
herbotecnia.com.ar)
Molino
de martillos (fuente: herbotecnia.com.ar)
Molino
de barras (fuente: herbotecnia.com.ar) |
![]() |