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Avellana. La semilla del avellano es sin
lugar a dudas el producto con mayor valor comercial de esta especie.
Tradicionalmente se ha consumido tostada, comercializándose en ferias y
mercados o mediante vendedores ambulantes en las áreas urbanas y rurales
del sur del país. Recolección. En Chile el abastecimiento de
avellana fresca para tostaduría o para extracción de aceite se ha basado
en la recolección de la producción natural. La recolección no es fácil
y está entregada a grupos o familias que hacen esta faena y entregan el
producto en sacos o bolsas directamente a la planta o los centros de compra
que se establecen para este efecto. La gran dispersión de los árboles
obliga a los recolectores a penetrar al interior de fundos aledaños,
actividad en muchos casos clandestina. La semilla se recoge del suelo y la
dispersión de esta se facilita mediante el vareo del árbol, evitando de
este modo la predación de la avellana por parte de los roedores. Tras ser recolectado, el producto
se almacena en sacos de 50 a 70 kg, efectuándose la venta en bruto a
acopiadores a pie de camino o a procesadores artesanales de localidades
cercanas. La recolección (VII a X región)
se hace en respuesta a avisos en la prensa local de la apertura de poderes
compradores privados. Estos poderes compradores constituyen los
intermediarios de materia prima vendiendo los productos a los
representantes de las empresas procesadoras. Alternativas de industrialización de la Avellana. Se han desarrollado distintos
procesamientos industriales para la avellana chilena. Los principales
productos de la avellana son: - Avellana tostada para uso
directo o en productos de confitería y pastelería. - Avellana tostada salada como
snack. - Harina de avellana entera. - Aceite de avellana comestible o
para uso cosmético. Esto deja como subproducto, la harina desgrasada la
que puede destinarse a alimento animal y en menor escala, para pastelería
y alimentos infantiles. Etapas en el proceso de industrialización. Primera etapa : Obtención de semillas de avellanas limpias. - Recepción en planta. Las avellanas son recibidas en la
planta en sacos y otros medios de embalaje, procediéndose a su pesaje. - Clasificación por tamaño. Proceso necesario para mejorar la
etapa de partido del fruto. Se realiza en un tamizador vibratorio de 2 o más
tamices montados en una plataforma oscilante de acuerdo al tamaño del
fruto entero, los tamices más efectivos son de 5/8" y 1/2" de
malla cuadrada. - Partido o trituración del
fruto. La cáscara externa de las
avellanas es de tipo leñoso, característica que dificulta el partido sin
que el fruto se dañe. Para lograr este objetivo existen las siguientes
alternativas de procedimiento. a. Partido por presión. Esta técnica consiste en usar
equipos de partidores de frutos con cáscara dura, cuya función es
comprimir la fruta sin someterla a ningún tipo de corte. Sus principales
desventajas son producir una trituración de los frutos demasiado grande y
dejar enteros aquellos de menor tamaño. Además muchas veces el núcleo
queda retenido en la cáscara, como también se produce un partido de los
cotiledones. Para evitar el triturado disparejo de los frutos se recomienda
efectuar el calibrado descrito anteriormente. b. Secado por calor y partido. Consiste en disminuir el
contenido de humedad de la cáscara por medio de al aplicación de calor,
para lo cual se utiliza un horno secador común, con adecuada ventilación
para acelerar el proceso de secado por la circulación del aire caliente. Posterior al proceso de secado,
se procede a partir las avellanas por medio de equipos utilizados en el
partido de almendras. Sin embargo este método tiende a resecar el núcleo
central (cotiledones) y al aplicar presión este se resquebraja. Además es
un método más costoso. c. Partido por presión y corte. Este sistema consiste en aplicar
conjuntamente una acción de compresión y un esfuerzo de corte, de tal
manera que se produzca la separación de la cáscara y el núcleo
comestible. Esto se logra mediante el uso de un molino de discos
rotatorios, con separación regulable entre los discos. El sistema produce
un partido de las avellanas en mitades, dejando libre la cáscara y los
cotiledones del núcleo comestible. Este sería el método más recomendado
(proyecto Intec, 1982). En esta etapa se obtienen tres
fracciones, cáscara, núcleos comestibles y polvillo, los que son
separados en parte en la etapa siguiente. - Separación de la cáscara y
parte comestible. Se pueden emplear diferentes métodos
(Sercotec, 1990): Arneado, Centrifugación, Aspiración y Flotación. El harneado consiste en utilizar
una mesa vibratoria con perforaciones en su superficie de tal manera que se
retengan las partes de mayor tamaño (las cáscaras), pero pase el resto de
la mezcla (parte comestible y aserrín). La centrifugación consiste en
utilizar una centrífuga cuyas paredes interiores tengan perforaciones
entre dos a tres milímetros de diámetro en la primera centrifugación
(donde sale el aserrín) y luego orificios entre 3 y 7 mm para la segunda
centrifugación (donde sale el núcleo comestible). El sistema de aspiración
consiste en utilizar un equipo aspirador que tenga en su boquilla una
rejilla con orificios de un diámetro entre 2 y 3 mm en una primera succión
(del aserrín) y de 3 a 7 mm en una segunda succión donde se extraen los núcleos.
La flotación es el más
eficiente y el más recomendado. En este sistema las fracciones obtenidas
en la etapa anterior son llevadas a un tamizador vibratorio semejante al
utilizado en la primera etapa. Los tamaños de tamices recomendados son de
1/2" y 5/32"; la fracción más gruesa corresponde exclusivamente
a la cáscara externa, la fracción intermedia se constituye de núcleos y
cáscara de tamaño similar y la fracción más delgada corresponde a
polvillo fino. La separación de las cáscaras y
núcleos de la fracción intermedia se realiza luego aprovechando la
diferencia de densidades de los constituyentes. La mezcla se descarga en un
estanque lleno de agua provisto de un rebalse, la cáscara flota y se
elimina a través de un rebalse, mientras que el núcleo al presentar mayor
densidad que el agua, se hunde. Los núcleos se retiran del fondo del
estanque a intervalos regulares de tiempo, según sean los volúmenes
descargados.
Separador de cáscaras (fuente: Sercotec, 1990) - Blanqueo de los núcleos. Su objetivo es producir el
ablandamiento de la cascarilla fina (cutícula) que recubre al núcleo,
para facilitar la separación posterior y a su vez inducir una mejor
textura al grano tostado. En un estanque con agua a
ebullición se colocan las avellanas y se mantienen inmersas por un período
de 9 minutos en agua hirviendo con agitación, esto permite una buena
retención del sabor y facilidad de remoción de la cascarilla. - Separación de la cutícula
protectora. Para separar la cutícula
protectora se puede recurrir a varios procedimientos: a. Pelado químico: Este método consiste en tratar
las avellanas con una solución ácida de ácido clorhídrico en baja
concentración 1% a 2%, por un período de tiempo de 4 a 6 minutos. Luego
se lavan los núcleos con agua fría. A continuación se hacen hervir las
avellanas en una solución alcalina de hidróxido de sodio (NaOH) al 1% o
2%, durante un período de 5 minutos. Escurrida esta solución, se
procede a lavar con agua. La metodología permite una extracción total de
la cutícula protectora, pero producto del reblandecimiento de las
avellanas el rendimiento disminuye, y se estima una pérdida de un 20% a lo
menos. b. Aplicación de agua caliente: Este sistema consiste en que se
sumergen en agua hirviendo durante alrededor de 10 minutos, agitando con
algún implemento. El problema que presenta esta metodología es la
disminución del sabor de los productos, se produce ablandamiento y se
pierde alguna proporción del aceite. De acuerdo a los antecedentes
bibliográficos el tiempo de hervor recomendable sería de 9 minutos
(proyecto Intec, 1982). c. Pelado mecánico: En este método se utiliza una máquina
pulpadora de frutas cuya pared interior perforada se reemplace por una
camisa con paredes de características abrasivas, para que el roce entre
dicha camisa con las escobillas de cerdas de la pulpadora produzca el
despliegue y separación de la cutícula, extrayéndose al exterior y
quedando en el interior el núcleo, generalmente separado en sus dos
cotiledones. Junto con la inserción de los núcleos
se inyecta agua a presión, con lo que se obtiene un 80 a 85% de núcleos
limpios. - Eliminación del agua
superficial. Antes de iniciar algún proceso
para elaborar productos finales, es recomendables eliminar el agua
superficial que contiene la parte comestible de las avellanas, esto se
logra mediante el uso de aire circulante, mediante un extractor e inyector
de aire y de preferencia usando aire caliente, o bien usando un horno
tostador en un breve período de tiempo. Respecto al rendimiento en esta
primera etapa, en base a una cantidad de 100 kgs iniciales, el rendimiento
de avellanas fresca a limpia se estima en un 27%, es decir 27 kgs (López,
1989). Con respecto a los estándares
(Fia, 1997) de calidad, para el mercado nacional se recomiendan las
siguientes exigencias de calidad : - Humedad : 8% - Daño mecánico : 10% - Presencia de manchas : menos
del 5% - Presencia de cutícula : no
exigida En el mercado externo, la demanda
exige a lo menos los siguientes estándares : - Humedad : 6% - Daño mecánico : menor al 5% - Calibres : 6 mm mínimo - Manchas de hongos : 2% - Presencia de cutícula : sin
exigencia - Semilla entera 100% Respecto al envasado, las
condiciones son las siguientes : - Tipo de envase : polietileno
recubierto en papel aluminio - Tamaño de envase : 25 kg - Condiciones de envasado : al
vacío con atmósfera controlada Segunda etapa : Elaboración de productos finales. - Avellanas tostadas. Los frutos limpios son pasados
por un equipo de tostación, en lo posible con malla vibratoria, para
producir el movimiento de las semillas y lograr un tostado uniforme. Para
una carga de 60 kilos, se recomienda mantener una temperatura de 130°C
aproximadamente y un tiempo de permanencia de alrededor de 20 minutos. Una vez enfriado el producto se
envasa utilizando plástico en film que impida el paso del aire para evitar
la oxidación. Antes del envasado se recomienda emplear un baño
antioxidante en forma de spray, especialmente si su almacenamiento fuese
prolongado. El rendimiento para 100 kgs de avellanas limpias es 70 kgs de
avellanas tostadas. - Avellanas saladas. Una vez pelados los núcleos y
antes de la fase de eliminación del agua superficial, se efectúa la
salación de las avellanas. Se recomienda elaborar una solución saturada
de sal a temperatura ambiente, donde se sumergen las avellanas por un período
de 25 a 30 minutos. El salado se realiza en
recipientes de aluminio o acero inoxidable o de fibra de vidrio reforzada.
Una vez completada la salazón, se pasa a eliminar el agua superficial para
reducir los tiempos de permanencia en la etapa de tostación o de aplicación
de aceite hirviente. Las avellanas saladas se pueden
obtener por los siguientes sistemas: a. Tostación: procedimiento
igual que para las avellanas sin salar. b. Aplicación de aceite
hirviente: las avellanas ya saladas se pasan por aceite hirviendo por un
período de 3 a 5 minutos, después de lo cual se secan los productos en un
equipo tostador (5 minutos). El resultado de la tostación es
más exitoso que el tratamiento con aceite. Se recomienda también una
aplicación de spray antioxidante antes de proceder a la etapa de envasado. En cuanto al rendimiento se
considera que para 100 kgs de avellanas limpias se obtienen 92 kgs de
avellanas saladas. - Productos de confitería. Para la elaboración de productos
de confitería con avellanas enteras o trozadas, se utilizan aquellas
limpias sin agua superficial o bien aquellas tostadas, sin aplicación de
salado u otros aditivos. Estas avellanas se pueden utilizar en la elaboración
de chocolates, grageas confitadas, glaseados, helados especiales entre
otros. - Productos para cocktails. Uno de los productos para
cocktails son las avellanas saladas. Los otros productos son avellanas con
sabores diferentes. Para esto se utiliza el proceso de aplicación de
aceite hirviendo, donde se adiciona el sabor que se desea imprimir. Luego
del enfriado también se aplica antioxidante en forma de spray para
envasar. Diagrama de flujo procesamiento
avellana (Sercotec, 1990)
Partidor con tamices para avellana
Tostador para avellana
Aceite de avellana. El proceso de extracción
de aceite está compuesto de las siguientes etapas. - Molienda. La molienda se realiza en un
equipo moledor, especialmente de discos, ya que otros equipos tienen la
dificultad para retirar la pasta cremosa que se forma, debido al alto
contenido de aceite de la mezcla. La molienda es importante, porque en la
medida que los núcleos queden bien molidos se facilitará todo el proceso
de extracción posterior. - Prensado. La pasta resultante de la
molienda se somete a un prensado. El prensado en frío o en ambiente
natural en general tiene un bajo rendimiento de extracción,
aproximadamente un 12% y al repetir la operación con la pasta remanente,
nuevamente se logra un rendimiento similar. Dado estos bajos rendimientos, el
prensado se debe realizar con la pasta calentada a una temperatura entre 60°C
y 70°C. Con la aplicación de temperatura a la pasta, el primer prensado
produce un rendimiento de 33% de aceite y el segundo prensado produce otro
33% de aceite extraído. El equipo recomendado es una prensa hidráulica. - Laminación de la torta
residual. Para continuar la extracción del
aceite de la torta residual, es necesario laminarla para que el solvente
utilizado en la siguiente etapa actúe en forma uniforme en toda la
superficie. Para ello se emplea un equipo laminador. - Extracción por solventización. La torta laminada es tratada con
hexano, utilizando el método de percolación, con lo que se logra llegar a
un 98% de extracción del aceite contenido en las avellanas. El solvente es
recirculado para recuperarlo posteriormente y volverlo a utilizar.
- Desolventización. Corresponde a la separación del
solvente (hexano), se efectúa en un equipo especial para estos efectos. Se
utiliza un evaporador al vacío con el empleo de nitrógeno, para evitar la
oxidación del aceite. - Refinación. La refinación comprende las
siguientes etapas:
La refinación se usa
generalmente en la elaboración de los aceites comestibles, en cambio en
cosmetología se utilizan aceites crudos o sin refinar. El aceite de avellanas puede
destinarse al consumo humano, al igual que el de maravilla, y también
puede destinarse al uso de la industria cosmetológica aprovechando las
características que lo diferencian de los demás aceites vegetales. Su uso en cosmetología permite
aprovechar todas esas características como sus condiciones lubricantes que
no provocan irritaciones ni alergias, además de permitir un bronceado
natural. A partir del aceite de avellana se pueden elaborar una serie de
productos de cosmética, tales como: cremas de limpieza, cremas nutritivas,
cremas humectantes, aceite puro, aceite para el cabello. Aceite de avellano (fuente: netcrea.cl/avellanoill.jpg) En rendimiento en base a 100 kgs
de avellanas limpias es el siguiente : 48 litros de aceite, 51 kgs de torta
y 1 kg de aceite mezclado con la torta, o que se pierde. Comúnmente los altos niveles de
aceite residual que se encuentran en las tortas se deben a la naturaleza
artesanal de la extracción practicada. Los métodos que presentan una
mayor eficiencia extractiva son aquellos que usan solventes luego de un
prensado previo a 60°C, así se logra extraer el 87,3% y 81,2% del aceite
de la avellana con hexano y alcohol, respectivamente. Una maceración, en
alcohol y en hexano previa, acorta el tiempo de prensado (Riquelme, 1986). Extracción de aceite (Riquelme, 1986) La extracción de aceite
deja como producto residual una torta, de la cual posteriormente se extrae
harina para consumo humano o bien se destina a consumo animal. La harina para consumo humano
requiere de núcleo limpios de cutícula protectora, en tanto que aquella
destinada a consumo animal no requiere de la eliminación de la cutícula.
Esta harina se puede utilizar en productos de confitería, galletas y
mezclas proteicas. La harina de avellanas tiene un contenido de 25% de
proteínas. 3.2.3- Otros desarrollos. Se han ejecutado proyectos con el
objetivo de mejorar el rendimiento de extracción de aceite de avellana y
la calidad de la harina resultante incorporando una etapa de tratamiento
enzimático en el proceso convencional de extracción (uno de ellos
Ultratech/Fontec, 1996). El procedimiento convencional
usado industrialmente para agotar el aceite de la torta que sale del
prensado es la extracción por solventes, sin embargo se ha comprobado que
la aplicación de enzimas en este tipo de procesos, produce un aumento
considerable en la extracción de aceite, y por ende una torta residual con
mayor valor nutricional. Generalmente con los métodos
convencionales queda un remanente de aceite cercano al 15% en la torta
residual. El aceite perdido causa pérdidas económicas significativas
porque es un producto de alto valor agregado. Por otro lado, la harina
desgrasada de avellanas posee grandes posibilidades de ser aplicada para
consumo humano por su alto valor nutritivo, sin embargo la presencia de
aceite en la harina resultante provoca problemas de rancidez, lo que la
desvaloriza dejando como única alternativa de aplicación el consumo
animal. Los autores del proyecto señalan
que uno de los mayores inconvenientes que ha tenido la aplicación de
enzimas en los procesos industriales ha sido su costo, sin embargo en los
últimos años han aparecido en el mercado preparados enzimáticos de bajo
costo formulados para uso industrial. Con el proyecto los autores
pretendían mejorar la calidad de los productos, especialmente la
harina residual, la que con un menor contenido de aceite aumenta su
estabilidad y calidad nutritiva, incrementándose el contenido de proteínas
y de azúcares digeribles, y disminuyendo el contenido de fibras. Recientes estudios (Jorquera,
1999) mediante un trabajo experimental, extrayendo el aceite y
carbohidratos de la materia prima, han obtenido concentrados proteicos de
avellana. Las conclusiones de los análisis
revelan que en la composición química del concentrado proteico destacan
su contenido en proteínas 22% el cual tuvo un aumento de 83,3% con
respecto al fruto, y un contenido de fibra igual a 21,14% aumentando 117,2%
con respecto a la avellana. Los resultados de la composición
mineral indican que el Ca, Mg, K y P son los elementos que se encuentran en
mayor cantidad en el concentrado proteico. Las propiedades físicas
demostraron que el concentrado puede ser utilizado en la formulación de
productos lácteos (leche Purita Cereal), ya que posee una densidad similar a las mezclas utilizadas en la elaboración de estos
y una granulometría que permite utilizarla como complemento de harina en
productos de panificación. En resumen el concentrado
proteico obtenido es una buena alternativa de mejoramiento de la calidad
nutritiva de los alimentos, ya que presenta un aporte proteico del 22% y un
bajo contenido de aceite (4%). Como actividades futuras a realizar con el
concentrado se proponen realizar estudios de costos de producción para su
obtención a nivel industrial. El gran interés en el desarrollo
industrial del procesamiento de la avellana, así como las características
de los múltiples productos derivados de la especie, ha motivado el
desarrollo de una incipiente fruticultura del avellano chileno, con
programas de mejoramiento e investigación tanto en Chile como sobretodo en
Nueva Zelanda. Presumiblemente
se desarrollarán plantaciones de avellano en Chile con fines de uso
múltiple: para la producción de frutos, ramas y madera, las cuales se
sumarán a los productos
recolectado a partir de formaciones naturales En el año 2001 se inicia otro
proyecto Fondef ejecutado por la Universidad Católica de Temuco titulado
"DESARROLLO DE PRODUCTOS ORGÁNICOS Y FUNCIONALES EN BASE A LA
AVELLANA (Gevuina Avellana Mol) Y CREACIÓN DE MERCADOS PARA SU
CONSUMO". El proyecto pretende innovar en
tres actividades de la cadena del valor de la avellana de manera de abarcar
el desarrollo del producto del árbol al consumidor. En el área de
procesamiento se desarrollarán procesos para dos productos industriales,
mantequilla de avellana de naturaleza pura y mantequilla de avellana light.
El proyecto en las etapas
intermedias del proceso de mantequilla puede producir y mejorar la
participación de la avellana en snack, pastelería y rellenos de chocolate
o acompañamiento de yogurt. 3.2.4- Aspectos generales del mercado de avellana. Aunque la avellana chilena en
bruto puede ser destinada al consumidor final, vendiéndose en ferias y
supermercados a precios que oscilan entre $200/kg (ferias ambulantes en el
sur) y $1.300/kg (supermercados en Santiago). Estas son consumidas crudas,
tostadas o cocidas en agua o al microondas. No obstante la mayor parte de
la producción de avellana en bruto se destina a la industria procesadora,
que la transforma en avellana semitostada a granel, avellana tostada,
harina y aceite de avellana. Como se mencionó en un comienzo
la estructura de abastecimiento de las empresas transformadoras de la
avellana depende en su totalidad de la recolección desarrollada por
campesinos. Las variaciones de precio de la
avellana en bruto a lo largo de la cadena de comercialización son fuertes,
pasando de aproximadamente $50-70/kg que el acopiador paga al recolector, a
los alrededor $100/kg que recibe éste del industrial o tostador artesanal.
El precio es bastante fluctuante, dependiendo del número de intermediarios
o el grado de competencia entre los acopiadores en esa temporada (Tacón,
1999). Dentro del mercado de avellana en
bruto para aceite existe una sola empresa que presenta registros oficiales
de compra de avellana. Si se asume un precio de compra
de materia prima similar al de las tostadurías, $80/kg, de acuerdo a los
precios de exportación de aceite ($11.000/kg), el producto final tendría
un precio 13,8 veces superior al de la materia prima, elevadísimo margen
que hace de este un interesante negocio. A nivel internacional solo se
exporta el aceite de avellana, existiendo solamente dos empresas que se
dedican a la exportación del mismo. Sus principales destinos son Corea del
Sur y Francia. Los volúmenes totales de
exportación indican que el mercado del aceite de avellana es aun muy
incipiente, por no haber pasado aun el largo período de pruebas técnicas
y comerciales necesario para integrarse en el mercado de la cosmética. Los
precios de comercialización se han mantenido altos, en un rango de precios
en torno a los $10.000/kg. Actualmente se observa interés por parte de la
industria cosmética Francesa, Alemana y Japonesa. Principales productos y
subproductos de la avellana chilena (fuente: Tacón, 1999).
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